Posted on Sun, May. 09, 2004

Esculturas de David Hayes. Lo nuevo conocido

JOSE ANTONIO EVORA

El Nuevo Herald

Casi nadie asocia una plancha de acero con una obra de arte. David Hayes se cuenta entre las excepciones.

Hayes dibuja en su cuaderno las cosas que le van impresionando día a día en el camino, y de ese archivo de imágenes saca las formas que luego dará a las planchas de acero con las que trabaja. Sus piezas están hechas de varias partes unidas entre sí por tornillos y tuercas que reivindican el eco industrial de los metales, pero el conjunto es, en todo caso, un triunfo de la artesanía.

Nacido en Connecticut, en 1931, Hayes lleva medio siglo dedicado al arte, y buena parte de ese tiempo haciendo este tipo de esculturas. Ahora, el recinto norte de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) muestra 13 de sus trabajos, hechos entre 1976 y el 2000. Están colocados en parques y pasillos entre varios de los edificios docentes, y para verlos todos conviene empezar el recorrido frente a la biblioteca.

Las formas dadas por el escultor a las planchas que conforman cada una de estas piezas son de una sencillez abrumadora. El hijo del artista, y artífice de la exposición en FIU, David M. Hayes, dice que no podría ser de otra manera, considerando que fueron hechas para instalarse en espacios abiertos, en contacto con la Naturaleza, ``y la Naturaleza, como se sabe, no necesita líneas superfluas para ser sofisticada''.

Quizás ahí radique la clave del éxito de Hayes como escultor. No es que sus obras se confundan con el ambiente circundante y que lleguen a pasar inadvertidas, pues no tienen nada de miméticas. Tampoco que atraigan demasiado la atención en el contexto de un espacio público. Es más un punto entre esos dos extremos, como si su presencia llenara un vacío no declarado que sólo el artista sabe descubrir. Una de ellas, Arcwing, del 2000, ubicada en una esquina junto a la puerta de acceso a un edificio, se ''identifica'' tanto con el sitio, que lo hace parecer suyo, como si el arquitecto hubiese pensado en la escultura al diseñar el recinto. La vista tropieza con ésta y las demás esculturas y se detiene sólo por curiosidad, no porque haya sido obligada ni porque hizo un esfuerzo especial.

Las hay en colores y en negro. Aquellas tienen más espíritu de juego, de convocatoria a participar en algo ya declarado. Las segundas, por obvias razones, son más reservadas, pero nunca solemnes. Donde mejor queda el uso de colores profusos es en dos piezas circulares adosadas a otras tantas paredes: Small Black Round Relief (1998) y Circular Relief. En una parece claro que se habla de pájaros y de brisa; la segunda es quizás un nuevo tipo de rompecabezas cuya armazón cambia de acuerdo con la mirada. Lejos de molestar, en las dos se agradece el afán decorativo, pues funciona como un desafío en medio de este contexto y deja cierta sensación de complicidad. Todo eso, a pesar de lo que sugiere el título.

Pintadas de negro, las cuatro esculturas que forman un conjunto en el área más retirada de la exposición (parte de la serie Vertical Motif) son la mejor prueba de que no a todas las piezas se les puede exigir un mínimo de color. Habrá tantas interpretaciones de su austeridad como personas dispuestas a acercarse a mirar, pero seguramente muchas van a coincidir en que las cuatro esculturas, sumadas a las siete restantes, cambian la fisonomía del espacio como cambia un pulso la mano de una mujer.

Aunque solemos subestimarlo, el diseño ambiental es una de las cosas más importantes en la vida de una ciudad. La belleza y la fealdad del entorno tienen que ver con cuestiones de disfrute estético y también con los estados de ánimo. Con Swan (1998), por ejemplo, la combinación de amarillo y negro escapa a toda idea de canon y provee una experiencia de nueva latitud: la de ir caminando y encontrar un objeto conocido que vemos por primera vez.

jevora@herald.com

'Esculturas de David Hayes', exposición a cielo abierto en el recinto norte de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). Biscayne Bay Campus (una milla al este de la esquina de Biscayne Blvd. y la calle 151 del NE). Hasta junio.

Foto:  'Swan', escultura en metal, del artista David Hayes.

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